PUTO - Una ficción - Teatro

PUTO
TEATRO PAYRO
San Martín 766
SABADOS 23.00 hs.
Reservas al 4312-5922 (de jueves a sabado desde las 17.00 hs.)

"En la sexualidad no se sabe con que pie bailar"

Jacques Lacan

"No queremos que nos persigan ni que nos discriminen, ni que nos maten ni que nos curen, ni que nos analicen ni que nos expliquen, ni que nos toleren ni que nos comprendan... lo que queremos es que nos deseen"
Nestor Perlongher

Con
Mariano Caligaris
Rafael Lavin
Nicolás Mateo
Enzo Ordeig
Walter Rosenzwit

Dirección: Alejandro Mateo

Asistencia de dirección: Mercedes Ambrogi
Producción general: NEGRO JUDIO PUTO
Coordinación de producción: Eugenia de Combi
Diseño de luces: Cristina Lahet
Compaginación musical y versiones: Fernando Aldao
Escenografia y vestuario: Alejandro Mateo
Realización de escenografía: Karlo Sosa y Jorge Méndez
Realización de vestuario: Susana Sánchez
Asesoramiento en tango: Manuela mateo
Fotografía: Belén Pais
Producción fotográfica; Alfiler de gancho (Soledad Galarce y Melania Lenoir)
Filete: Lucero Maturano
Diseño gráfico, web y videos: Sofía Galarce


domingo, 22 de marzo de 2009




TELEMACO… o el padre ausente
Un texto teatral.
Un montaje.
Un nuevo viaje. Otro. Único.


Un personaje en tránsito. Una dirección. Conocemos el lugar de la partida, America. El hogar. Punto A en esta historia de revelaciones. Movimiento cero.
Revelación que es pulso e impulso en este joven que necesita encontrar a su padre.
Punto B. Europa. Tierra de promesas inciertas.
En el medio el mar. Dos orillas y una tensión que dibuja un trayecto. Una intención.
Un hijo que desea reconstruir su historia o que se lo propone en este momento que lo descubrimos.
Estadio inicial de una decisión.
No sabemos si esta soñando, pensando o recordando lo que sucedió. Pasado, presente y futuro son un único entorno.
Teo, el protagonista en trance, mira el horizonte. Más allá.
Una línea recta, horizontal, muda.
Dos continentes. America. Europa. Ninguno da lugar. Nada atrás y nada al frente, solo el abismo de un océano que no vemos del todo claro.
¿Que espacio puede contener una historia así? ¿Qué geografía?
Tal vez aquel que no defina paisaje alguno, que no de certezas. Como la noche y la vigilia. Vacío. Donde todo lo habite o donde quizá haya desaparecido todo.
El interior de una caja metálica, árida. El agua solo esta presente en las superficies oxidadas de sus lados. No hay cielo. No hay aire. Estado latente.
Solo dos grietas o puertas. Dos salidas o entradas. Una a derecha y otra a izquierda. Enfrentadas. En el medio, otra, el mar.
Un animal dormido. Una bestia que puede despertarse en cualquier momento.
Dos posibilidades o dos senderos de un solo camino. Pantallas que reflejan lo que está en ese otro lugar. Afuera. Hendijas por donde entra la luz y las sombras.
Los personajes que Teo convoca aparecen y desaparecen según dirija la mirada. Su visión construye el lugar donde debemos mirar. El cuadro, la escena.
Inicio del juego. Teo no sabe aun si la suerte estará de su lado, pero ahora solo puede actuar. Avanzar. Echarse al mar. Cruzarlo. Naufragar.


A. Mateo

"Telemaco o el padre ausente" Una obra de Marco Antonio de la Parra
Estreno: 23 de Abril
Teatro Nacional Cervantes.

Con Patricia Palmer / Patricio Contreras / Nicolás Mateo
Ricardo Diaz Mourelle/ Roxana Berco / Joselo Bella
Mariana Giovine / Marcelo Martinez

Dirección: Dora Milea


Diseño de iluminación: Leandra Rodriguez
Escenografía y vestuario: Alejandro Mateo
Música y banda sonora: Nicolás Diab

viernes, 20 de marzo de 2009


TELEMACO / SUBEUROPA
Una obra de Marco Antonio De La Parra
Una nueva dirección de Dora Milea para el Teatro Nacional Cervantes

Teo, el protagonista, ha perdido a su padre en la infancia. Ahora joven ha decidido ir en su búsqueda. Una generación que busca muy lejos lo que se encuentra muy cerca. La acción ocurre en tres lugares: América, Europa y un lugar indeterminado, la tierra de nadie. Cada personaje pertenece a uno de estos lugares. Una permanente referencia y eventual reflexión a propósito del poder, sus mecanismos y relaciones de las que pareciera emerger un casi sujeto, falto de señas de identidad y en extremo vulnerable, sin ideología, con el deseo arruinado y sin imaginario definido.

Telémaco es una obra que de la Parra escribió hace 16 años. Como sucede con los grandes autores, tiene una vigencia tal, que podría haber sido escrita ayer.
Los temas presentes en la obra son principalmente la ausencia del padre, el hogar destruido, la adicción, el abuso y el dolor de una generación que busca muy lejos lo que se encuentra muy cerca. Una permanente referencia y eventual reflexión a propósito del poder, sus mecanismos y relaciones, como categoría y realidad fundamental para la interacción y la convivencia humana.
“Los personajes se manifiestan insomnes, catatónicos, anoréxicos, bulímicos, fármaco-dependientes, alcohólicos, drogadictos, transformados, intervenidos, manipulados, etc.-, básicamente como producto de una lucha por la sobrevivencia cotidiana en la que se confía mayoritariamente en la corporalidad como camino para encontrar o rescatar aquello que llene el vacío existencial contemporáneo, siendo estos mismos cuerpos los primeros en recibir el devastador efecto del permanente fracaso de dicha apuesta. Es un abordaje a la dramaticidad desolada de fin de milenio, la que configuraría un espacio mental y emocional, individual y social, del que emergería un casi sujeto, falto de señas de identidad y en extremo vulnerable, con el deseo arruinado, sin ideología, ética ni imaginario definidos”
Descubro este material hace ya por lo menos diez años, y gracias a él me introduzco profundamente en la obra completa del autor. Me enamoro, como me pasa con algunos proyectos, y lo guardo en mi carpeta de los deseos a la espera de su momento, ya que entiendo no es un material comercial y sostengo que debe estar contenido en el marco de un teatro nacional. En el devenir de esta profesión presento la obra en el 2004 al Teatro Nacional Cervantes como proyecto a programar. En mi estadio expectante de la respuesta, el destino me lleva a Madrid –España- y coincido en tiempo y espacio, con Marco Antonio de la Parra. Le cuento mi historia con Telémaco, lo que ese material me provoca desde hace tanto tiempo y el me suma a la historia, que esta obra muchas veces (en distintos países) estuvo a punto de estrenarse y por razones “aparentemente” inexplicables siempre se postergaba.
En el transcurrir de la cálida conversación, me enorgullece decir que Marco Antonio expresa el deseo de que sea yo la directora de su obra en el caso de estrenarse en Argentina. Hoy por fin el deseo de ambos se hace realidad y Telémaco se hará escuchar rompiendo el silencio de tantos años.
El lugar que la obra nos ofrece es ése lugar que simbolizaría todos los lugares. Un lugar poético, simbólico. Un interior: el de los personajes. Podemos imaginar las paredes que acotan un espacio personal intemporal. Una puerta de salida o de entrada del nuevo yo. El único espacio que existe es el espacio poético que cobija al verbo "buscar". Estamos ante una estructura abierta y fraccionada. Sí existe una evolución dramática, pero no podemos hablar de planteamiento, nudo y desenlace al modo tradicional. La alternancia de las escenas, monólogos y diálogos marcan un ritmo concreto, y es este ritmo el que ayuda a esta evolución. No se trata pues de la dimensión temporal que miden los relojes, sino de la dimensión temporal interna de los personajes.
Dora Milea

sábado, 7 de marzo de 2009


Bien vale por estos dias asomarse a Puerto Madero para ver la muestra fotografica de Ruven Afanador.
Una invitacion.