
A nadie se le ocurriría.
Coleccionar lápices
Es una verdadera estupidez.
Supongo. Algo así
como coleccionar palabras
que nunca serán escritas.
Mundo quieto.
Sin embargo se fueron sumando.
Las no palabras y los lápices.
Están ahí, bajo ese vidrio
No dirán nunca nada
palabra alguna.
Cementerio de silencios coleccionados.
No dirán amor, cebolla, mañana,
mientras los deje acallados.
No dirán caballo, espuma, durazno,
ahí
A veces tengo el impulso
Dejarlos hacer. Que intenten palabrarear algo.
Que busquen una forma. Otra.
Sumergirlos en este mundo incierto
de páginas en blanco
con renglones y sacapuntas que acechan.
Pero me daría tanta pena.
Que costaría soportarlo.
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